EL PODER DE LA PALABRA DE DIOS
LA FE
"Por tanto la fe viene de la predicación, y la predicación por la Palabra de Cristo" (Rom 10,17).
Podemos inferir sin mucha dificultad que un primer beneficio de la Palabra de Dios (ya sea escuchada o leída) es que aumenta nuestra fe. Mucha gente se queja de no tener fe. Habría que preguntarles ¿cuánto lees diariamente de la Palabra de Dios o cuántas veces la escuchas por semana?
Hoy nadie puede quejarse de no tener contacto con la Palabra de Dios pues hay muchas iglesias cristianas, muchas emisoras y televisoras cristianas, así como mucha facilidad para tener una Biblia y leerla.
VENCE LA TENTACIÓN
"Jesús le dijo (al diablo): <Está escrito: no tentarás al Señor tu Dios" (Mateo 4,7).
Cuando Jesús fue tentado por el Diablo, éste lo venció con el poder de la Palabra de Dios pues en los tres casos le respondió "está escrito", es decir "la Biblia dice" (Mateo 4,4.7.10).
De aquí la importancia de retener o memorizar ciertos pasajes bíblicos que nos ayudarán en el momento de las tentaciones o de la prueba.
NOS SALVA
"y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la Salvación, mediante la fe en Cristo Jesús" (II Tm 3,15).
INSPIRADA POR DIOS
"Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena" (II Timoteo 3,16-17).
PREDICA LA PALABRA
"Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros, por el prurito de oír novedades: apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas" (II Timoteo4,2-4).
VIVA Y EFICAZ
"Ciertamente es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón. No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta" (Hebreos 4,12-13).
