Casa de Oración De Daniel Flores Perez Zeledon Costa Rica  
 
  El nuevo pacto 28-03-2024 16:25 (UTC)
   
 
El Nuevo Pacto

"Vienen días, dice el Señor, en que haré con la Casa de Israel y con la Casa de Judá un nuevo Pacto"(Hebreos 8,8).

El escritor bíblico está retomando un texto del Antiguo Testamento, un texto que escribió muchos años antes de que Cristo viniera al mundo el profeta Jeremías en 31,31-34.

Dios había hecho un Pacto con Israel y Judá: La Ley de Moisés. Según ese Pacto para obtener la salvación el ser humano tenía que obedecer toda la Ley, es decir todos los mandamientos. Estamos hablando de más de 600 mandamientos que se resumen en diez mandamientos (Deuteronomio 4,13 y 5,1-21). Ese es el Primer Pacto al que se refería Jeremías, ese Pacto dejará de fungir según la Biblia (Hebreos 8,9).

Una de las razones por las que Dios elimina ese Viejo Pacto es porque los hombres no pudieron obedecerlo: "Como ellos no permanecieron en mi Pacto, yo me desentendí de ellos, dice el Señor" (Hebreos 8,9).


"Por lo cual, este es el Pacto que haré con la Casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano diciendo '¡Conoce al Señor!' porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos" (Hebreos 8,10-11).

El Nuevo Pacto está escrito en el corazón y no en un papel, en un reglamento. Eso significa que no voy a vivir pendiente de los diez mandamientos, preocupado porque soy débil, porque caigo. Ya no vivo en la Ley, ya no estoy obligado a cumplirla, porque Dios sabe que no puedo cumplirla. Vivo en la gracia de Dios. Ese "conoce al Señor" implica cumplir la Ley de Moisés, obedecer los diez mandamientos. "Todos conoceremos al Señor" significa que todos los que aceptemos a Jesús estaremos como si cumpliéramos toda la Ley, ¿por qué?

"porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados ni de sus maldades" (Hebreos 8,12).

Cuando Dios vio que el hombre no podía obedecer los mandamientos, porque es imposible obedecerlos, vino Jesucristo y murió por tus pecados, de manera que aquel que se arrepiente y le pide perdón a Jesús, Dios lo perdona y queda como si no hubiera cometido pecado, como si hubiera cumplido la Ley, queda santo.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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