Casa de Oración De Daniel Flores Perez Zeledon Costa Rica  
 
  Somos Santos 20-04-2024 05:13 (UTC)
   
 
Somos santos
Desde pequeño escucho hablar de San Agustín, Santa Marta, San Ambrosio, San Martín de Porres, San Francisco de Asís, etc. Siempre anhelé ser santo. Muchas veces escuché que la Iglesia canonizaba a algunas personas y ya eran santas. Siempre creí que para ser santo era necesario que el Papa, el obispo de Roma, me canonizara. Con el tiempo descubrí que no es así. Quiero compartir lo que Dios cree al respecto, es decir lo que Dios dice a través de su Palabra, la santa Biblia.
Lo primero que Dios dice es que "Sin santidad nadie verá al Señor" (Hebreos 12,14). Eso significa que solo los santos se van a salvar, el que no es santo va irremediablemente al infierno.
También dice Dios en su Palabra que "no hay quien sea justo (bueno), ni siquiera uno solo" (Romanos 3,10). Es decir que ni San Agustín, ni Santa Marta, ni San Francisco, ni ningún hombre o mujer que la Iglesia católica declare santo es bueno: todos somos malos. Por eso dice Dios en su Palabra: "todos pecaron y están privados de la gloria de Dios (la salvación)" (Romanos 3,23). Eso quiere decir que por cuanto todos somos pecadores estamos destinados al infierno.
Pero luego dice Dios en el otro versículo "y son justificados (justos, santos, buenos) por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús"(Romanos 3,24). Eso significa que todos los creyentes somos santos por cuanto Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, como dice la Palabra en I Corintios 15,3.
Por ello también dice Dios en su Palabra "por cuanto nos ha elegido en él (Jesucristo) antes de la fundación del mundo para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor" (Efesios 1,4). Eso significa que todos los que creemos en Jesús somos santos e inmaculados ante Dios (no ante los hombres), y esto Dios lo hizo porque nos ama. Por el amor que Dios nos tiene, nos ha declarado santos.
No es el Papa el que te declara santo, es Jesucristo al borrar tus pecados. El apóstol Pablo estaba convencido de esto, por eso cuando se dirige a los creyentes los llama santos (Romanos 1,7; I Corintios 1,2; Efesios 1,1; Filpen 1,1; etc)
Pero quiero decirles que esa santidad, y por lo tanto salvación que todos los creyentes tenemos no es por nuestras fuerzas o méritos, ni por ser muy bueno, ni por obedecer mandamientos, sino por regalo de Dios: "Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es don de Dios; tampoco viene de las obras para que nadie se gloríe"(Ef 2,8-9).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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