DOCTOR MORENO CAÑAS
Doña Clementina se me acercó y me dijo muy emotivamente "hermano, acabo de recibir un milagro del Doctor Moreno Cañas, ¡qué agradecida estoy con el doctorcito ese!".
Lo que muchos no saben es que el Doctor Moreno Cañas murió hace muchos años y después de muerto muchos lo han invocado para que les cure alguna enfermedad o para que les practique alguna operación. La Biblia llama espiritismo a ese tipo de prácticas: consultar muertos.
Algunos hasta han contado que en la noche se les ha aparecido con otros médicos y los han operado, y la operación ha resultado todo un éxito. Las cicatrices de la operación evidencian una operación realizada. Esto ha llevado a muchos a acudir a este hombre muerto para que les haga su milagrito.
¿Qué piensa Dios de esto?
Abra su Biblia en Deuteronomio 18,10-12 y lea:
"No sea hallado en tí... ni quien consulte a los muertos. Porque es abominable para el Señor tu Dios cualquiera que hace estas cosas" .
Dios es claro al decir que consultar muertos es una abominación para él. Es decir, que si usted invoca una persona que ya está muerta, llámese Doctor Moreno Cañas, San Antonio, San Martín, María la madre de Jesús o cualquier otro muerto estás cometiendo una abominación contra tu Dios.
¿Qué dice Dios de las abominaciones?
"Pero los ... abominables... tendrán su parte en el Lago que arde con fuego y azufre" (Apocalipsis 21,8 y 21,27).
Según la Enciclopedia Larousse y Salvat la palabra abominación significa maldecir y condenar.
Maldecir: porque la persona que practica el espiritismo lleva maldición a su casa, a su vida, a su barrio, a su país, a su trabajo, a su entorno. Llevar maldiciones es llevar la actividad de miles de demonios en tu vida.
Condenar: porque la persona que practica espiritismo se gana su lugar en el Lago de Fuego y Azufre (Apocalipsis 21,8), es decir, está condenada al infierno.
La Biblia nos invita a ser íntegros, perfecto delante de Dios (Deuteronomio 18,13). Es decir, que somos o fríos o calientes porque tibios nos vomita de su boca. (Apocalipsis 3,15-16). O estamos con Dios o con los demonios, pero no podemos estar a medias: un rato con el diablo y otro con Dios.
