Los Testigos de Jehová y el Infierno

Los Testigos de Jehová no creen en la existencia de un infierno. Nos explicamos. Ellos creen que cuando morimos vamos al lugar de los muertos, que todo se acaba.  Note usted lo diabólica de esa enseñanza.

De hecho la palabra "infierno" viene del latín "infernus" que significa inferior. Traduce en muchas ocasiones la palabra "hades" o Lugar de los Muertos. También Jesús usó el término "Gehenna" que era un crematorio de basura fuera de Jerusalén. Ambos términos se traducen como "infierno".

Los Testigos de Jehová dicen que el concepto de un Lugar de Tormento donde muchos se van a quemar contrasta con el concepto de un Dios de amor.

Podemos usar los argumentos que queramos para eliminar de nuestras vidas la existencia de un Lugar de Tormento, sin embargo en la Biblia, en boca de Jesús, la existencia de ese lugar de tormento es una realidad y nos guste o no, muchos se tendrán que enfrentar a el.

La Biblia es muy clara en cuanto a la existencia del Infierno, veamos algunos textos de peso:

"Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no puede matar el alma; temed más bien a aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna" (Mateo 10,28). Recordemos que el término gehenna alude al fuego, implica un castigo final para cuerpo y alma, un castigo posterior a la resurrección, al Juicio Final.

"y el que le llame renegado será reo de la gehenna de fuego" (Mateo 5,22); "Entonces dirá también a los de su izquierda: 'Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles" (Mateo 25,41).

Hay muchas otras afirmaciones de nuestro Señor, pero éstas deben bastarnos para convencernos de que Cristo consideró de gran importancia este tema, y trató de convencer a los hombres que debían evitar el infierno.

En Apocalipsis 20,10 leemos: "Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al Lago de fuego y azufre, donde está también la Bestia y el Falso Profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos". En Apocalipsis 20,15 leemos: "y el que no se halló inscrito en el Libro de la Vida fue arrojado al Lago de Fuego".

Negar la existencia del infierno es una doctrina diabólica y antibíblica que procede de los demonios. No hay duda que hay un infierno, aunque a usted no le parezca.