Los Testigos de Jehová y Cristo
Los Testigos de Jehová dicen que no debemos adorar a Jesucristo. Consideran que es un gran profeta, pero no admiten que tiene naturaleza divina. Según ellos, sólo se debe adorar a Jehová, al Padre Dios. Ellos no creen en la Trinidad Divina, porque esa palabra no aparece en la Biblia. Cabe acotar que son las mismas creencias que tenían los herejes gnósticos en los primeros siglos de la Iglesia, combatidas por Juan y los primeros líderes del cristianismo, entre ellos Ireneo de Lyon.
En este tratado probaremos que Jesús sí puede ser adorado.
En Mateo 4,10 Jesús dijo: "... Al Señor tu Dios adorarás y sólo a El darás culto".
Se infiere que solo debemos adorar a Dios. Pero Jesús es Dios y por ende podemos adorar a Jesús.
Cuando en la Biblia se adora a algo o alguien que no debe ser adorado o recibir culto, ésta hace la aclaración respectiva, veamos.
Cuando Cornelio se arrodilló a los pies de Pedro para adorarlo, Pedro lo levantó y le dijo que él era un hombre, y le impidió que lo adorara (Hechos 10,25-26).
Cuando Juan se arrodilló ante el ángel para adorarlo, éste se lo impidió y le dijo que él era también un siervo de Dios y que sólo a Dios debemos adorar (Apocalipsis 19,10 y 22,8-9).
No ocurre así en el caso de Jesús:
Los magos vinieron de Oriente a adorar a Jesús, y lo adoran (Mateo 2,2.8
.11).
Cuando Jesús calmó la tempestad y subió al barco los apóstoles lo adora
ron (Mateo 14,33).
Después de resucitar los discípulos de Jesús lo adoraron (Mateo 28,9.17).
En ningún momento Jesús se opuso a ser adorado, como lo hizo Pedro o Juan. En ningún momento el escritor sagrado aclara diciendo que se cometió un gravísimo error.
En Hebreos 1,6 Dios Padre da una orden: que todos los ángeles adoren a Jesús.
En Filipenses 2,6-10 leemos que Jesús era de naturaleza divina, se hizo hombre y que posteriormente vuelve a recuperar esa naturaleza divina, pues dice que toda rodilla se doble ante él.
No hay duda que a pesar que en la Biblia no aparece la palabra Trinidad, es un hecho que cuando se dice que Dios lo constituyó Señor y Cristo (Hechos 2,36) es porque podemos y debemos adorarlo.
