Casa de Oración De Daniel Flores Perez Zeledon Costa Rica  
 
  Las cartas paulinas 19-09-2024 01:19 (UTC)
   
 

LAS CARTAS PAULINAS
Dr. Esyin Calderón Valverde

INTRODUCCIÓN

Este trabajo tiene la perspectiva clara de investigar la importancia de las cartas paulinas o atribuidas a Pablo, junto con el libro de Hechos, con el fin de adquirir un espíritu crítico ante un tipo de literatura que se impone en el occidente de manera imperiosa.

Lo anterior se debe en primer lugar al lugar que representa la Sagrada Escritura en la sociedad contemporánea, donde se dice que es el libro más vendido del mundo en el ámbito religioso. Y es de sentido común considerar que si es el libro más vendido del mundo es porque tiene una significación importante en el mundo actual.

Pero, más que por tratarse de un libro importante, la importancia de la Biblia está en la actitud del hombre ante la misma: la considera la Palabra de Dios. Aunque los porcentajes de cristianos disminuyen en el mundo de modo acelerado, la cantidad de creyentes siempre sigue siendo significativa.

Ahora, la importancia de Pablo en cualquier contexto, llámese universidad, iglesia, vida personal, etc., siempre será relevante dado que el primer documento cristiano del Nuevo Testamento es precisamente una carta de Pablo. Eso sin contar que la mayoría de escritos de este sector de la Biblia, se le atribuye a Pablo. Por ello Pablo y sus escritos son documentos claves para comprender el cristianismo inicial.

El presente trabajo explica de manera muy resumida la importancia que tiene la Biblia, y concretamente los escritos paulinos, y sobre todo en relación con la formación universitaria, donde un conocimiento certero nos lleva a una exégesis más correcta.
 

Importancia de Pablo en los diferentes contextos religiosos: académico, pastoral, litúrgico y espiritualidad de la Iglesia

Cuando se habla de la importancia de las cartas del NT en el quehacer académico, la acción pastoral, la acción litúrgica y la vida espiritual de la Iglesia en el contexto del curso recibido en la Universidad Católica, Epistolario Neotestamentario, con énfasis en las cartas de Pablo y Hechos de los Apóstoles, se está haciendo referencia a lo que muchos llaman la Crítica Textual Alta.

Harrison, E[1]. (1987) afirma que la crítica textual alta se distingue de la crítica textual menor, en que la primera “se ocupa de evaluar críticamente el texto de los diferentes libros que componen el NT con relación al escritor, fecha, propósito, etc.” (p. 61).

En algunas universidades a la crítica textual alta se le conoce como Introducción al NT o AT, respectivamente, y así se encuentra en muchos libros.

Tratar sobre la IMPORTANCIA de algo implica que hay UNA NECESIDAD QUE CUBRIR. Es decir, si algo es IMPORTANTE tratarlo en una universidad, significa que se está trabajando una necesidad concreta, o varias.

Cuando se le pregunta a las “computadoras” cuál es el libro más vendido del mundo, contesta lo siguiente “La Biblia sigue siendo el libro más vendido del mundo: en 2021 superó los 100 millones de ejemplares en 100 países y 23 idiomas”. Y es la misma respuesta cuando se le pregunta a Alexa. Esto justifica, en un primer momento, la importancia de abordar en las universidades cristianas el tema de la Biblia.

El teólogo protestante alemán, Philipp Vielhauer[2] (1975), citando a otro gran teólogo protestante alemán, Martin Dibelius[3], que aunque represente una época pasada, define claramente la tarea del historiador de la literatura del cristianismo primitivo, al cual pertenecen las cartas que estudiamos en clase, y es una excelente justificación de la importancia al tratar estos documentos de la Sagrada Escritura, de la siguiente manera:

Los libros del NT y los otros escritos de la época cristiana primitiva de los dos primeros siglos, representan la consignación del mensaje cristiano. Pero el influjo de aquel mensaje depende de su penetración en determinadas formas temporalmente condicionadas, viene anunciado por personalidades históricas y se expresa en acontecimientos también históricos. Quien pretenda exponer el surgimiento del cristianismo ha de examinar como el mensaje cristiano adquirió así su configuración. Y este proceso de formación incluye también el hecho de que los cristianos escribían, enviaban e intercambiaban cartas al igual que confeccionaban y difundían libros de contenido doctrinal, edificante y narrativo. El historiador de la literatura del cristianismo primitivo, que pretenda aclarar el nacimiento de estos escritos, ha de mostrar, por tanto, como se produjo esa actividad literaria de los primeros cristianos y de que modo los libros reflejan la peculiaridad de sus autores y los condicionamientos circunstanciales de su composición.  Al exponer así la formación del cristianismo desde el aspecto literario, construye historia de la literatura del cristianismo primitivo. El tema mismo de su labor le exige no sólo el aportar una serie de resultados concretos demostrables, sino también el conectarlos entre si de forma constructiva según el mejor criterio propio, para proporcionar al lector una visión del desarrollo de las cosas (pp. 9-10 pdf).

Malina, B. (1995) externa con palabras concretas la importancia del abordaje de la Palabra de Dios en términos nada complejos, y recordando el llamado del Concilio Vaticano II a través de la Dei Verbum y la imperiosa necesidad de valerse de otros medios externos como la antropología cultural para el mejor conocimiento de la Biblia, mencionado por un documento reciente de la Pontificia Comisión Bíblica:

Hace hoy unos treinta años que los padres del Concilio Vaticano II declararon en su documento Dei Verbum (noviembre de 1965) que los intérpretes bíblicos, sean ellos profesionales o no, tienen por tarea la investigación del sentido que los autores sagrados habían realmente intentado, y de lo que Dios quiere manifestar por medio de las palabras de éstos. El documento afirma que, junto con el conocimiento de la historia y maneras de expresión escrita en el pasado, hay que tener en cuenta la cultura y los modos de percibir la realidad (no. 12) de la época para averiguar ese sentido… constituye un requisito indispensable para la justa comprensión del texto que el autor sagrado comunica.

Un documento reciente de la Pontificia Comisión Bíblica (1993) recomienda la antropología cultural como ventajoso acceso a la labor de descubrir el sentido de los documentos bíblicos. Como el contexto social de la Sagrada Escritura lo constituye el mundo mediterráneo tradicional, y ya que ese mundo les resulta ajeno y extraño a los biblistas en Norteamérica, algunos de ellos consideran los puentes que proporciona la antropología cultural como imprescindibles para penetrar en el mundo de Jesús… (p. 7).

Otro elemento que hace importante el estudio y análisis del texto paulino, es la intención inocente del hombre que intenta interpretar un texto bíblico de un modo literal. Y es que un documento por más claro que sea, muchas veces tiene otro sentido. Así Malinas lo resume con estas palabras, tratando lo expuesto al inicio de este párrafo, y desarrollado en el capítulo 1 de su libro:

Pero a menudo son dos cosas muy distintas lo que las personas dicen y lo que quieren decir. Las palabras que usamos para hablar encierran de hecho un significado, pero éste no proviene de las palabras. El significado se deriva del sistema social general de quienes hablan una lengua (p. 14).

Malinas, B. (1995) es muy claro cuando afirma que el hombre occidental de nuestro tiempo cuando aborda el NT desde nuestra antropología vigente verá el texto sagrado como una falsificación en lugar de tomar en cuenta los modelos antropológicos del Mediterráneo en el siglo I. Acotan el autor que muchos ven un Jesús a nuestra imagen y semejanza, e incluso una figura camaleónica que representa cualquier cosa que los individuos y grupos decidan hacer (p. 222).

Continúa Malinas, advirtiendo la peligrosa interpretación desligada de un verdadero conocimiento del contexto antropológico del primer siglo que podría atentar contra verdaderas doctrinas de nuestra fe que realmente Jesús nos transmitió:

El problema de un fundamentalismo interesado sólo en lo que dice la Biblia (y no en lo que significa desde el punto de vista del contexto social en el que surgió), es que niega la encarnación. Niega la humanidad de Jesús, Dios-hombre (p. 222).

Lo anterior nos lleva a la inferencia de la complejidad a la hora de interpretar la Sagrada Escritura, concretamente el Nuevo Testamento, y específicamente, lo que nos atañe, las cartas de Pablo. Porque no se trata de leer, y comprender la literalidad sin ningún fundamento científico o carente de una investigación seria, como lo plantea Malinas. Brown, R. (2002), en su obra Introducción al NT, presenta esa complejidad hermenéutica. Si a Brown se le pregunta ¿por qué es importante estudiar las cartas de Pablo en la Universidad? Contestaría, en su capítulo 2, cómo leer el NT, y agotaría a los oyentes con la hermenéutica que se debe aprender a hacer: crítica textual, crítica histórica, crítica de las fuentes, crítica o historia de las formas, crítica canónica, estructuralismo, crítica narrativa, crítica retórica, crítica social, visión de conjunto (Cap 2).

Sin duda alguna el abordaje de las cartas de Pablo, o que se le adjudican o adjudicaron a él, junto con los Hechos representa un gran paso para una exégesis más atinada. El conocimiento del contexto cultural, social, político, religioso dan luces importantes para una comprensión más exacta del mensaje que leemos en el material sagrado.

Del todo el NT, Pablo es una figura relevante en el proceso de consolidación y expansión del cristianismo. Vidal, S. (2007) afirma que Pablo se encuentra con el movimiento cristiano inicial, inicios de la década de los años 30, un poco después de la crucifixión de Jesucristo. Se dice que murió en el año 58:

Esto quiere decir que la figura de Pablo abarcó la primera generación completa del cristianismo, es decir, la época más decisiva de aquel movimiento mesiánico, cuando tuvo que abrirse camino en la historia y echar las bases de su configuración como tal movimiento religioso y social (p. 11 pdf).  

Pablo ejerce un papel activo en la iglesia naciente y muy ligado a la corriente helenista en la que se convirtió “en la figura más representativa” y “fue creando pequeñas comunidades mesiánicas”, también se tuvo que enfrentar a la comunidad judeo-cristiana de Jerusalén (Vidal, p. 12 pdf).

Un dato, sin duda, demasiado importante en el ámbito cristiano es sin duda su aporte literario. “Se trata del único personaje del cristianismo naciente cuyos escritos se nos han conservado”. Cartas escritas entre los años 50-55, veinticinco años posterior a la muerte de nuestro Señor Jesucristo y por ello “los únicos escritos que se conservan de la primera generación cristiana”. Por ello “representan los documentos clave y absolutamente imprescindibles para la reconstrucción del movimiento cristiano más antiguo… y también para la reconstrucción histórica de la vida del mismo Pablo” (Vidal, p. 12).

Vidal (2007) menciona la importancia del libro de Hechos “ya que se trata del escrito del cristianismo antiguo que contiene más datos sobre la vida de Pablo” y acota con justa razón “Es indudable que el libro de los Hechos aporta noticias históricas sobre los orígenes, la cronología, la actividad misional y el final de Pablo” (p. 19 pdf). Al respecto agrega Vidal:

El libro de los Hechos es, entonces, un documento absolutamente imprescindible para la reconstrucción histórica de la vida de Pablo. Sus importantes datos sirven en muchas ocasiones para fijar y completar la limitada información aportada por las cartas auténticas (p. 19 pdf).

Cabe indicar que el libro de Hechos, pese a esa ventaja, también hay que tener un espacio prudente de distanciamiento, ya que, según Vidal, “presenta noticias que parecen claramente sospechosas” ya que parece no existir armonía en algunos datos con las cartas del apóstol de los gentiles (p. 19 pdf).

Pese a todo ello, el libro de Hechos presenta a Pablo como “una figura socialmente respetable e incluso relevante”, también “como una figura religiosa venerable” y finalmente como “una figura garante de la tradición y la unidad del movimiento cristiano de los orígenes”. De aquí que se le presente en armonía con la iglesia de Jerusalén y se minimicen los conflictos con otros grupos ya sea omitiéndolas o camuflándolas (Vidal, p. 21).

Evidentemente no hay armonía entre lo que dice Hch y lo que realmente es Pablo, según las cartas. El personaje social respetable que presenta Hch: que es ciudadano romano, el respeto a las autoridades civiles, etc., parece que contrasta con algunos casos importantes como la persecución de los judíos, del gobierno, la prolongada prisión en Éfeso que el autor de Hch silencia. La figura religiosa venerable (educación de Pablo en Jerusalén, el Pablo fariseo, el típico judío piadoso que circuncida a Timoteo, que hace voto de nazireato, milagros y hechos portentosos, visiones de Pablo) se debe al interés apologético de Pablo (Vidal, p. 23).

La primera carta a los Tesalonicenses de Pablo goza de un gran prestigio e importancia por varias razones. La primera es que representa el primer documento del NT, el más antiguo, y como dice Vidal: “Se trata, por consiguiente, de un documento fundamental tanto para la historia de la misión paulina como para la historia del cristianismo naciente” (p. 110). Se puede decir que el primer documento del NT se escribió en el año 50. Vidal acota:

Su cercanía temporal a la misión dependiente de Pablo, cuando éste estaba ligado aún a la comunidad de Antioquía, hace de la carta un precioso documento acerca de las concepciones y prácticas de las antiguas comunidades helenistas. En su base se descubre, en efecto, una amplia tradición, más o menos configurada, del cristianismo helenista más antiguo (p. 111).

De todo lo anterior podemos colegir que el conocimiento de las cartas paulinas, y por ende de Pablo, es crucial para un conocimiento objetivo del mensaje inicial del NT. Es absurdo que un académico ignore lo que debe enseñar de la mejor manera. El proceso de madurez hacia la liturgia se comprende con un estudio cuidadoso y detallado de estas cartas. La vida espiritual de la Iglesia no se funda en emocionalismos sin bases históricas y serias. No que el emocionalismo sea negativo, sino que un conocimiento literal, sin tomar en cuenta los diferentes contextos mencionados, podría llevar a interpretaciones peligrosas y erradas como las que hemos vivido en el proceso histórico del cristianismo a lo largo de estos veinte siglos.
 

Referencias bibliográficas

Brown, R. (2002). Introducción al Nuevo Testamento. Editorial Trotta, Madrid.

Harrisson, E. (1987). Introducción al NUEVO TESTAMENTO. Subcomisión Literatura Cristiana de la Iglesia Cristiana Reformada. Gran Rapids, Michigan EE.UU.

Malina, B. (1995). El mundo del Nuevo Testamento: perspectivas desde la antropología cultural. Editorial Verbo Divino, Navarra.

Vidal, S. (2007). Pablo: de Tarso a Roma. Editorial SAL TERRAE, Santander.

Vielhauer, P. (1991). Introducción al Nuevo Testamento, los apócrifos y los padres apostólicos. Ediciones Sígueme, Salamanca.



[1] Everett F. Harrison fue decano del NT del Seminario Teológico Fulíer Pasadena, California, EE.UU.

[2] Philipp Vielhauer, Teólogo protestante, discípulo de Rudolf Bultmann y maestro de exegetas, fue catedrático de NT en la Universidad de Bonn y una de las máximas autoridades en el campo del análisis crítico de los evangelios. Murió en 1977. Su obra cumbre es la “Historia de la literatura cristiana primitiva”.

[3] Martin Dibelius (1883-1947) fue un teólogo protestante alemán. Junto con Karl Ludwig Schmidt y Rudolf Karl Bultmann fueron de los máximos de la escuela de la historia de las formas.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis