Casa de Oración De Daniel Flores Perez Zeledon Costa Rica  
 
  La escuela juánica 19-09-2024 01:16 (UTC)
   
 

Evangelio según Juan

Autor (es)

La Escuela Juánica

Dr. Esyin Calderón Valverde

Según Brown (2010) hay evidencias claras de que el evangelio y las cartas fueron escritos por varios autores: Jn 1,14 (“la palabra se hizo carne y puso su morada en nosotros, y hemos contemplado su gloria”); Jn 21,24 (“Es es el discípulo que da testimonio de éstas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero”); 1 Jn 1,1-4 (“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, pues la vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida Eterna, que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifestó, lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo…”) (p. 32).

Según Brown (2010) admite que al menos existen dos escritores juánicos: el evangelista y el redactor (p. 19), y acota que existe un vínculo especial entre los seguidores del Bautista y la comunidad juánica, que es el discípulo amado, el cual relaciona con el discípulo innominado de 1,35-40, que sabemos era un discípulo del Bautista (p. 32).

H. Thyen, citado por Brown (2010) considera que el discípulo amado del evangelio de Juan es el mismo presbítero de la segunda y tercera carta de Juan. Indica que no era un testigo ocular de Jesús (ver nota en p. 32).

Otro dato que Brown acota es que éste discípulo amado que menciona el evangelio no es uno de los doce (pp. 34-35).

Vielahuer F. (1991)  dice tajantemente “No sabemos quien compuso el cuarto evangelio” y hace una crítica de todo el debate en el siglo XIX en el cual en lugar de preguntarse quién fue el autor, se polarizó en si fue Juan el hijo del Zebedeo, como afirmaba la tradición de la Iglesia. (p. 451).

Vielahuer desecha la teoría de que el discípulo amado sea una figura ideal creada por el evangelista y lo hace de la siguiente manera:

Pero tampoco convencen los intentos contrarios de presentar al enigmático personaje como una figura ideal creada por el evangelista si bien sus características podrían apuntar en esta dirección. En efecto, el amor no designa en Jn el afecto personal sino la comunión esencial. “El discípulo al que Jesús amaba” es aquel con el que Jesús compartió su ser íntimo, que es uno con Jesús, que es por tanto el discípulo “ideal”. Quizá se puedan combinar también el aspecto individual y el ideal.

Castro Sánchez S. (2001) indica que la mayoría de exegetas ven varios estratos en Juan y que ello significa que no la compuso un único autor. “Manos sucesivas han ido añadiendo materiales nuevos a los ya existentes. Se habla de la escuela joánica” (p. 22).

A Loisy, en 1903, mencionado por Robert A. y Feuillet A. (1967), cree que el cuarto evangelio es obra de un cristiano del siglo II y “el discípulo amado… sería sencillamente un personaje simbólico, tipo del perfecto creyente” (p. 558).

 

Fecha de composición

Brown (2010) considera que el año 90 se pudo escribir la mayor parte del Evangelio de Jn (p. 22), pero que hubo un período pre-evangélico de formación que duró varias décadas, desde los años 50 a 80 (p. 59).

F. Vouga, citado por Brown sugiere que el evangelio fue escrito en Asia Menor cerca del año 95-100 ya que refleja la persecución bajo Domiciano, en el Apocalipsis, y ambos libros se encuentran relacionados (p. 64).

En cuanto al lugar de composición Vielahuer (1991) luego de analizar la posición de la tradición, Éfeso, o algún lugar de Asia Menor occidental acota que lo más acertado es que se compuso en Siria y se redactó en Asia Menor (p. 457).

La fecha de composición, para Vielahuer es el primer cuarto del siglo II d.C., acotando que el papiro 52, el más antiguo del NT, que menciona unas líneas de Jn 18 data de ese tiempo, lo que nos lleva a inferir que el libro fue compuesto entre finales del siglo I y principios del siglo II d.C. (p. 458).

 

Destinatarios: (evidencia a quien se le envía la carta, características de la comunidad o de los destinatarios)

Vielahuer (1991) afirma que el evangelio no es un escrito misionero, como tampoco Mateo o Marcos “ni para los judíos ni para los paganos, sino que está destinada a la comunidad, a su comunidad, para que <permanezca> en la verdad” (p. 449).

Monseñor Carrillo S. (2010) considera que el evangelio tiene, en primer lugar, una finalidad misionera, y en segundo lugar mantener viva y fortalecer la fe de los creyentes, que forman una comunidad (p. 54).

 

Esquema literario de la carta (cómo está compuesta la carta)

Vielahuer comparte la siguiente estructura (p. 418).

 

Prólogo (1,1,18)

1 Parte: la manifestación de Jesús al mundo (1,19 al 12,50)

            Cap 1:  El testimonio del Bautista (19-34)

                        Los primeros discípulos (35-51)

            Cap 2:  Las bodas de Caná (1-12)

                        Expulsión de los mercaderes del Templo (13-25)

            Cap 3:  Jesús y Nicodemo (1-21)

                        Jesús y el Bautista (22-30)

                        El testimonio del Revelador (31-36)

            Cap 4:  Jesús y la samaritana (1-42)

                        La curación del hijo del funcionario real (45-54)

            Cap 5:  Curación en la piscina (1-18)

                        Discurso de Jesús sobre el Revelador como juez (19-47)

            Cap 6:  Jesús da de comer a 5000 personas. Camina sobre el agua (1-21)

                        Petición de signos (22-31)

                        Discurso de Jesús sobre el pan de vida (32-65)

                        Confesión de Pedro (66-71)

            Cap 7:  Jesús en la fiesta de las chozas (Jesús y la adúltera) (7-53 a 8,11)

            Cap 8:  Disputa de Jesús con los judíos

            Cap 9:  Curación del ciego de nacimiento

            Cap 10: Discurso de Jesús sobre el buen pastor (1-30)

                        Intento de lapidación y huida de Jesús (31-42)

            Cap 11: Resurrección de Lázaro (1-44)

                        Complot para matar a Jesús (45-53)

                        Huida de Jesús (54)

                        Reflexiones de los peregrinos (55-57)

            Cap 12: La unción en Betania (1-11)

                        Entrada en Jerusalén (12-19)

                        Los griegos (20-23)

                        Discurso de Jesús sobre su glorificación (24-36ª)

                        Resumen de la predicación al mundo (36b-50)

 

2 Parte: La manifestación de Jesús a los suyos (13-20)

            A.         La última cena (13-17)

            Cap 13: Lavatorio de los pies (1-20)

                        Anuncio de la traición y alejamiento del traidor (21-30)

                        Transición a los discursos de despedida (31-38)

            Cap 14-16 Discursos de despedida

            Cap 17 La oración sacerdotal

            B.         Pasión y Pascua (18-20)

            Cap 18,1-27    Arresto de Jesús (1-12)

                                   Juicio ante el Sumo sacerdote y negaciones de Pedro (13-27)

            Cap 18,28-19, 16ª Jesús ante Pilato.

            Cap 19,16b-37 Crucifixión

            Cap 19 38-42  Sepultura

            Cap 20            Relatos de Pascua

                                   Pedro y el discípulo amado en el sepulcro (1-10)

                                   Aparición de Jesús a María Magdalena (11-18)

                                   Aparición de Jesús a los discípulos (19-23)

                                   Jesús y Tomás 24-29

 

Conclusión del libro   (20-30s)

Apéndice                    El resucitado en Galilea (21)

                                   Aparición de Jesús junto al mar de Tiberíades (1-14)

                                   Jesús, Pedro y el discípulo amado (15-23)

                                   Segunda conclusión del libro (24-25)

 

Temas centrales:

Para Vielahuer, el tema central de Jn es la persona de Jesucristo (p. 419).

Acota Vielahuer que “El evangelista comienza su libro con un prólogo solemne (1,1-18) y concluye con una observación sobre el objetivo que persigue” (20,30): Jesús realizó en presencia de sus discípulos otras muchas señales que no están en este libro. Hemos escrito estas para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y con esta fe tengáis vida gracias a él”. (p. 428)

-       Jn no pretende como Lc, adaptarse a las obras literarias de su época, sino anunciar a Jesús y despertar la fe.

-       El objetivo de Jn es idéntico al de Mc y Mt: el Evangelio.

-       El prólogo comienza en la eternidad y termina en el presente de la comunidad, para establecer que Jesús, el logos humanado, nos sale al encuentro Dios mismo.

-       El tema del libro, el punto de vista desde el cual se narra la historia de Jesús, aparece en 1,14 “contemplamos su gloria”. (pp. 428-429).

 

Posibles problemáticas:

El primer gran problema, expuesto por Vilahuer, es el que denomina “cuestión de la autenticidad”: “el problema de si el autor del cuarto evangelio es o no Juan, el hijo de Zebedeo” (p. 413).

Al respecto Vilahuer acota a los defensores de la posición tradicional:

-       “El libro no abona en absoluto esta pretensión ni siquiera leyendo entre líneas”

-       “Se ignora cual fue el origen de esta tesis sobre la paternidad apostólica del libro”

-       Esta posición tradicional “Aparece por primera vez en Ireneo, que la considera como un legado tradicional y la defiende con ardor”.

-       El origen del debate sobre la autoría de Juan giraba más en torno a que grupos heréticos como los montanistas y los gnósticos lo estimaban. Acota Vielahuer que “la tesis de la composición apostólica de Jn era dudosa y de fecha reciente”.

-       Sin embargo se impuso la posición tradicional desde el siglo II hasta comienzos del siglo XIX.

-       “La primera crítica con serios argumentos contra la autoría del cuarto evangelio se produjo en el año 1820 por obra de K G Bretscheneider” (teólogo protestante alemán).

-       Bretscheneider  “señaló la incompatibilidad de la exposición joánica de la doctrina de Jesús con la sinóptica, la ausencia de elementos judíos en Jn y lo tardío de los testimonios sobre su autor”. (p. 414).

El segundo gran problema expuesto por Vilahuer es la crítica literaria de Juan, de la mano con la cuestión de la autenticidad al principio, pero “se fue desprendiendo e independizando gradualmente de ella” (p. 415).

Al respecto acota el erudito alemán:

-       “Se intentó distinguir entre lo auténtico y lo inauténtico en el evangelio mediante la crítica de las fuentes”.

-       Muchos intentaron reconstruir el original “efectuando desplazamientos del texto” y otras técnicas como la crítica estilística, pero no funcionó. (p. 416).

El tercer problema que aborda el teólogo alemán es “la cuestión del origen y situación de Jn dentro de la historia de las religiones” dada su diferencia con los sinópticos “su lenguaje, sus conceptos y su simbolismo” (Vielahuer p. 416). El debate se centra en la relación de Jn con los grupos gnósticos, en especial el gnosticismo mandeo.

Un cuarto problema, no menos importante que menciona Vielahuer es la cuestión teológica. El mensaje de Jn no es claro y hay muchas divergencias al respecto. Según el especialista se requiere más que analizar las estructuras del evangelio (p. 417).

Una problemática que menciona Vielahuer es el marco geográfico y cronológico de la vida de Jesús con respecto a los Sinópticos (p. 419).

-       Los sinópticos enfatizan en acciones en Galilea y solo una vez en Jerusalén. Juan menciona que Jesús predicaba en Galilea y en Jerusalén (tres viajes a Jerusalén).

-       Los sinópticos mencionan una sola Pascua mientras que Jn por lo menos a tres fiestas de Pascua.

-       Los sinópticos ubican en un año el ministerio de Jesús, mientras que Jn dos o más años.

-       Según los sinópticos Jesús dura como una semana, en su último viaje a Judea, pero para Jn desde la fiesta de las Chozas hasta la Pascua (alrededor de medio año).

-       Según los sinópticos Jesús fue crucificado el primer día de Pascua (15 de Nisán) según Jn el 14 de Nisán. (p. 419).

Otro problema en que difieren los sinópticos y Juan es en los discursos de Jesús, veamos:

-       En los Sinópticos los discursos son sentencias y “dichos yuxtapuestos”, en Juan son meditaciones, pero escasean la forma de diálogos polémicos y didácticos. Igual ocurre con la ausencia de parábolas (Vielahuer p. 418).

Otras diferencias con los sinópticos es la ausencia de expulsión de demonios, “tan importantes en los Sinópticos”. En Jn Jesús aparece enseñando y curando, pero muy distinto al rabino de los sinópticos. (Vielahuer p. 420).

Otro problema interesante son las dos conclusiones que tiene el Evangelio de Juan (20,30 y 21,24) que evidencian añadidos redaccionales (Vielahuer p. 422).

El desorden del texto se podría agregar como otro problema. Vielahuer lo expone así: “no está claro por qué un redactor ha de introducir el desorden en un texto ordenado” (p. 422).

-       En Jn 14,31 Jesús dice: “Levantaos vámonos”, pero solo se van hasta el 18,1. Habrá que afirmar, según Vielahuer, que 18,1 es la continuación de 14,31, y que los capítulos 15 al 17 rompen el contexto.

o   “Razones lingüísticas y temáticas impiden aventurar aquí una interpolación de mano ajena, simplemente, estos pasajes se encuentran un lugar indebido” (Vielahuer p. 422).

-       La indicación de Jn 6,1 según la cual Jesús salió para la orilla opuesta del mar de Galilea, no se ajusta al relato anterior según el cual Jesús se encontraba en Jerusalén. Si se invierten los dos capítulos se salva la geografía y la cronología, pues la fiesta de los judíos de Jn 5,1 sería la Pascua, fiesta de los judíos, mencionada en 6,4 como próxima.

-       En el discurso de Jn 7,15-24 que Jesús pronuncia según Jn 7,10-14 en Jerusalén durante la fiesta de las Chozas, Jesús habla de la intención de los judíos de matarle por su profanación del sábado.

o   Con esta frase Jesús sólo puede referirse al cuadro de 5,1-18, pero esta escena tiene lugar en época pascual y, por ende, medio año antes.

o   El fragmento pertenece temáticamente al capítulo 5 y parece que fue en su origen la continuación  del discurso 5,19-47.

o   Si se coloca 7,15-24 detrás de 5,47, la composición del cap 5 concluye de modo correcto y 7,25ss enlaza lógicamente con 7,14.

o   El orden original sería: 4,6; 5; 7,15-24; 7,1-14.

-       El discurso simbólico del buen pastor (Jn 10,1ss) aparece interrumpido por dos observaciones narrativas: la noticia de una división de pareceres entre los judíos, en el transcurso de la cual se hace referencia a la curación del ciego (Jn 10,19-21), y una nueva indicación cronológica que sitúa la escena siguiente en la fiesta de la dedicación del templo, algunos meses más tarde (vv 22-24).

o   Pero lo que sigue es una continuación del discurso sobre el buen pastor (vv 25-30).

o   Parece claro que Jn 10,19-21 es la conclusión del episodio de la curación del ciego y que su lugar está detrás de 9,41, en cambio, 10,22ss es la introducción al discurso sobre el buen pastor y v 25ss es su inicio, no la continuación de 10,1-18, que acontece algunos meses después.

o   Teniendo en cuenta que 10,30 constituye la culminación y el final del discurso sobre el buen pastor y que enlaza mejor con el v 18 que con el v 19, el pasaje, 10,1-18 podría estar originariamente entre 10,29 y 30.

o   El orden originario podría ser: 9,1-41; 10,19-21; 10,22-29; 10,1-18. (Vielahuer p. 423).

-       Acota Vielahuer que también Jn 3,31-36 encaja mejor, temática y estilísticamente, en el discurso de 3,1ss, detrás de 3,21, que en las palabras del Bautista 3,27-30, aunque en este pasaje no son tan grandes las incoherencias como en los cuatro textos anteriores (p. 424).

Vielahuer explica el desorden de la siguiente manera:

La mejor explicación para este desorden es la antigua hipótesis de los cambios de hojas… Cada hoja contenía alrededor de 750 letras, como se ha calculado reiteradamente. Los cambios de hojas no son raros en la Antigüedad. Así el texto de Eclo 33,16b-36,10ª en la versión de los LXX tenía su lugar originario entre Eclo 30,24 y 25, donde está en el texto hebreo y en otras traducciones. El cambio de hojas alteró también el orden del “Apocalipsis de las diez semanas” del libro 1º de Henr (Henet): el pasaje sobre las semanas 8-10 se encuentra al comienzo (91,12-17), y el correspondiente a las semanas 1-7 al final (93), con otro texto intermedio (92). Algo similar parece haber ocurrido en Jn. (p. 424).

Otro problema es que a diferencia de los sinópticos presenta a los judíos como adversarios (Vielahuer p. 432).

-       Se habla de “los judíos”, distanciándose de ellos como si Jesús y los discípulos no fueran judíos.

-       Habla de la pascua, como pascua de los judíos (2,13; 11,55) o de Pascua, la fiesta de los judíos, y de la fiesta de las Chozas como “la fiesta de los judíos”.

-       Hace hablar a Jesús de la ley de los judíos como “vuestra ley”.

-       Los discípulos previenen a Jesús contra los judíos; los padres del ciego de nacimiento temen a los judíos, y el autor atribuye este miedo a los judíos. (p. 432).

-       Se trata de la perspectiva de una época tardía, cuando la imagen del judaísmo del judaísmo se ha simplificado de tal modo a consecuencia del rechazo de Jesús y de la persecución de los cristianos. Los judíos son para él el símbolo de los increyentes, los representantes del mundo incrédulo. (p. 432).

 

Contexto histórico:

Según Vielahuer, “La peculiaridad de Jn -su lenguaje, sus conceptos e imágenes, su idea de la redención- que lo distancia de los sinópticos” se basa “en su entorno” (p. 444).

-       El entorno religioso del que arranca y al que se dirige el evangelista hay que buscarlo en las dos notas significativas de su pensamiento: el dualismo y la figura divina del redentor.

-       Es inevitable reconocer que esas dos notas solo se encuentran unidas en el gnosticismo, y esto significa que Jn polemiza con una idea gnóstica de la redención y que expresa su mensaje en lenguaje gnóstico y con ideas gnósticas.

-       Para comprender históricamente a Jn hay que preguntar primero cuales son las coincidencias, lo que liga a la escuela juánica con el gnosticismo, su lenguaje, en efecto, no es una adaptación misionera, sino que está vinculado temáticamente con el gnosticismo.

-       Cuando M. Lidzbarski descubrió los textos mandeos y se pudo consultar la literatura maniquea original, aquellos lugares paralelos se insertaron en un contexto más amplio.

-       E Schweizer ha demostrado la afinidad del lenguaje simbólico de Jn con los textos mandeos.

-       Bultmann demostró que la idea de la cristología juánica “Jesús ha sido enviado por Dios, está unido al Padre y trae la revelación” presupone un mito importante del redentor de la gnosis que aparece con mucha claridad en los textos mandeos.

-       Es el mito del descenso y posterior ascensión de un Revelador-Redentor, de su vinculación a los “suyos” y su oposición al “mundo”, un mito donde aparece la terminología dualista luz/tinieblas, verdad/mentira, vida/muerte.

-       Bultmann confirma el paralelismo del esquema en 28 motivos.

-       El material más importante procede de los mandeos, pero también de textos maniqueos y del gnosticismo cristiano (Odas de Salomón, Hechos apócrifos de los Apóstoles).

-       Bultmann ha demostrado que las reflexiones del prólogo sobre el logos presuponen la especulación judía sobre la “sabiduría divina” personificada en la literatura sapiencial judía, y esta especulación es una variante del mito del redentor.

-       Otro tanto hay que decir de especulaciones sobre el logos en Filón, quien utiliza indistintamente los términos logos y sophía, y separa las concepciones mitológicas que contienen ambos vocablos de la interpretación estoica.

-       Así aparece el mito del redentor como el eslabón pre-cristiano de ciertos textos que antes aparecían entre sí y pudo establecerse su proximidad espacial y temporal con el judaísmo palestino y el cristianismo primitivo.

-       Los escritos de los mandeos, una secta baptista existente aún en Mesopotamia meridional, fueron codificados en la época islámica, pero su material es más antiguo.

-       Las investigaciones apuntan a que los mandeos proceden de la región de Jordan y son nada menos que la secta baptista de los “discípulos de Juan” como sostienen Lidzbarski y Bultmann, entre otros.

-       Especialistas que analizaron los textos mandeos, bajo la influencia de Lietzmann, utilizando métodos rigurosos y diferenciados -históricos-linguísticos y de historia de las tradiciones- ha confirmado la antigua tesis de Lidzbarski sobre el origen occidental y la gran antigüedad de los mandeos.

-       Rudolph demostró que la secta mandea primitiva o nazirea nació de un judaísmo herético-gnóstico que se había constituido en forma de sectas baptistas en la región de Jordania oriental.

-       Pertenece al movimiento baptista palestino-sirio cuya existencia ha podido demostrar desde el año 150 a.C.

-       Sin embargo, dice Vielahuer que no consta una relación de estos mandeos con los discípulos de Juan el Bautista y mucho menos su identidad originaria.

o   El mito gnóstico del redentor que aparece en los mandeos es de origen pre-cristiano.

o   No existe una dependencia literaria de Jn respecto a los textos mandeos (conocidos).(pp 445-446).

Chapa (2011) habla de un contexto fundamental, y es la vida de Cristo: “El primer paso de este proceso es el ministerio de Jesús: sus obras y sus palabras” (p. 90).

Acota Chapa que existe un mensaje oral, o tal vez notas escritas. La vida del Señor con todas sus situaciones, sus milagros, predicaciones, su muerte y resurrección deja claro un contexto que va a ser insumo para el cuarto evangelio (pp. 90-91).

 

Generar preguntas sobre el evangelio y las cartas:

Al ir leyendo los diferentes documentos de grandes eruditos, especialistas en teología bíblica, las preguntas sobre el cuarto evangelio prevalecen.

No dejan claro los investigadores los nombres reales y claros de los escritores del cuarto evangelio llamado Evangelio según Juan.

Hay muchas teorías o hipótesis sobre esa escuela juánica, y supongo que nos acercaremos para conocer detalles más certeros.

Una segunda pregunta que surge ante las investigaciones y las respuestas de los especialistas es si estamos dejando puertas abiertas para justificar doctrinas erradas. Creo que el apegarse a lo científico, y no solo las posibilidades, las sospechas, son importantes para no caer en herejías. Me refiero a que se toma un texto y se presupone que se está diciendo esto o lo otro, pero obviamente es una sospecha y no una aseveración indiscutible.

Y sigue latente la pregunta de las diferencias de este evangelio con los sinópticos. Y aunque hemos aprendido que había cristianismo y no un solo cristianismo, las preguntas siguen pululando: ¿por qué son tan diferentes? Efectivamente cabe la posibilidad de que iglesias muy distintas hayan crecido a su manera, con su forma de ser distinta, pero en el fondo creyendo que Jesucristo es el Hijo de Dios y que tiene divinidad como el Padre. Jesús es el Mesías, el Salvador del mundo. Eso se mantiene en los cuatro escritos del evangelio que tenemos, pero las diferencias son muchas en el cuarto evangelio con respecto a los otros.


Primera Carta de Jn

Autor (es)

Vielahuer (1991) indica claramente esa incertidumbre sobre la autoría de 1 Jn y sobre en todo en relación con el evangelio, tratando de contestar si es el mismo autor:

Las investigaciones filológicas realizadas hasta ahora sobre el lenguaje -presencia y ausencia de vocablos, uso de preposiciones y partículas- y sobre las ideas -presencia y omisión de determinados conceptos y temas -han puesto de manifiesto las peculiaridades de 1 Jn, pero su valoración no ha llevado a un consenso en lo concerniente a la cuestión del autor (p. 465).

“… todos ellos (Conzelman, Klein) muestra que 1 Jn no fue compuesto por el evangelista, sino por uno de sus seguidores, a considerable distancia temporal de él y bajo la impresión de las experiencias de espacio de tiempo; de ese modo el evangelio fue utilizado y reinterpretado como texto normativo” (p. 467).

Brown (2002) indica con respecto a la autoría o autenticidad: “Ciertamente un escritor de tradición juánica, probablemente no es el mismo que el responsable de la mayor parte del evangelio”. (p. 504).

 

Fecha de composición

Brown (2002) indica con respecto a la fecha de composición de esta carta: “Muy verosímilmente después del cuarto evangelio, por tanto, hacia el 100” d.C. (p. 504).

 

 

Destinatarios: (evidencia a quien se le envía la carta, características de la comunidad o de los destinatarios)

Brown (2002) indica con respecto a los destinatarios: “cristianos de la comunidad juánica que han sufrido un cisma”. (p. 504).

 

Esquema literario de la carta (cómo está compuesta la carta)

Vielahuer propone la siguiente estructura:

1.     Introducción: el testimonio de la “palabra de vida” como fundamento de la comunión de los cristianos entre sí y con Dios (1,1-4).

2.     Comunión con Dios y recto caminar en la luz (1,5-2 a 2)

3.     Conocimiento de Dios y observancia de sus mandamientos (2,3-11)

4.     Exhortación a vencer al mundo (2,12-17)

5.     Aviso contra los falsos maestros (2,18-27)

6.     Filiación divina y amor a los hermanos (2,28 a 3,24)

7.     Aviso contra los falsos maestros (4,1-6)

8.     Amor fraterno como consecuencia y señal de la comunión con Dios (4,7 al 5,4)

9.     La fe en Jesús, el hijo de Dios (5,5-13)

10.  Conclusión: (5,14-21) confianza en la oración (vv 14s). Súplica por los pecadores (salvo los que han cometido pecado mortal), liberación del pecado y del mundo mediante la comunión con Dios (vv 18-21). (p. 460).

El esquema literario que propone Brown (2002) es el siguiente (p. 504).

1,1-4               Prólogo

1,5-3,10          Parte Primera Dios es Luz y debemos andar en la luz.

3,11 al 5,12     Parte Segunda Caminemos como hijos de Dios quien nos ha amado en Cristo.

5,13-21           Conclusión.

 

Temas centrales:

Según Vielahuer (1991) la primera carta de Juan pretende dos fines: “la impugnación de falsos maestros cristianos (2,18-27; 4,1-6) y la confirmación de los cristianos a quienes se dirige la carta, en fe y conductas correctas frente a la amenaza de la herejía” (p. 460).

Vielahuer externa con respecto a la finalidad de la primera carta de Juan:

La aparición de falsos maestros movió al autor a componer su escrito. El hecho de haber librado la batalla en el campo literario y no haber dirigido su escrito a unos destinatarios concretos pone de manifiesto que esta herejía no era un problema meramente local y que el autor la consideró muy peligrosa. (pp. 467-468).

 

Ante la inquietante pregunta que todos nos hacemos con respecto a las características de esas sectas o herejes que Juan ataca en su carta, o previene a sus ovejas, Vielahuer acota lo siguiente:

El autor llama a los falsos maestros “anticristos y pseudoprofetas..

Se trata de cristianos que se profesan tales “Aunque han salido de nuestro grupo” confiesa el autor “no eran de los nuestros”, añade, “si hubieran sido de los nuestros se habrían quedado con nosotros”.

Lamenta su elevado número y su persuasiva y arrolladora propaganda con la que “inducen al error” a los creyentes. “Salieron del mundo y el mundo los escucha” mientras que a nosotros “no nos oye”.

Nos consta por 2,19; 4,1 si fueron excomulgados por la comunidad o si se separaron libremente de ella y se organizaron por su cuenta ni tampoco en otros pasajes hay palabra alguna sobre este punto.

La peligrosidad de esas personas parece acentuarse aún más por su carácter neumático (4,1-3).

El autor combate en los pasajes antiheréticos (2,18-27; 4,1-6 y 5,5-13) una falsa cristología… La herejía cristológica aparece con especial claridad en 4,2s. Los falsos maestros niegan que JC ha venido ya en carne mortal (cf 2 Jn 7)… Los herejes niegan que Jesús sea el Mesías y el hijo de Dios y sinónimos y los falsos maestros no los aplican… al hombre Jesús… Los herejes representan, pues, una variante del docetismo gnóstico. (pp. 468-469).

Niegan la vinculación de la salvación con el hombre histórico Jesús; ellos se comunican directamente con Dios, ya que están en posesión del pneuma (4,1s)… lo entienden todo a nivel individualista, sin relación con el prójimo… No es extraño que, como pneumáticos, estén por encima de los mandamientos así como del pecado. (p. 469).

 

Brown (2002) indica dos grandes temas en la primera carta a Juan, a saber: 1. Dios es Luz y debemos andar en la luz; 2. Caminemos como hijos de Dios, quien nos ha amado en Cristo. (p. 504).

 

Posibles problemáticas:

Vielahuer indica que 1 de Jn no sigue una lógica rigurosa, “sino que yuxtapone sin ninguna rígida concatenación, exhortaciones, adoctrinamientos y controversias, que a veces se interfieren entre sí. Tampoco faltan las reiteraciones -desde 2,28-, por lo que no cabe hablar de una estructura clara” (p. 460).

Acota Vielahuer que E. Lohmeyer “fracasó en su intento de demostrar la existencia de un esquema septenario como principio conductor” (p. 460).

Vielahuer indica que aunque aparece designada como carta desde las primeras menciones en la iglesia antigua “Le falta... el marco epistolar (presentación, saludos y bendición), aunque se podría considerar 1,4” como saludo “y 5,13 de una bendición final” (p. 460).

El documento no tiene el verdadero carácter de correspondencia epistolar “y no aparecen unas relaciones concretas entre el autor y los lectores” tampoco se presenta la herejía como el gran problema comunal, por lo que no es una carta, ni una circular. No hay nombre del autor ni de los destinatarios, ni saludos por lo que no es carta. (Vielhauer p. 461).

Vielahuer opta por denominar esta carta como “tratado con una determinada finalidad o manifiesto a toda la cristiandad” (p. 461).

Brown (2002) afirma: “Respecto al género, 1Jn no tiene ninguna de las características propias de una carta” (p. 513).

Estilísticamente la primera carta de Jn “no ofrece la impresión de ser una unidad”. Aparte de ello “a menudo el autor toma un concepto de la antítesis, o explicita y, a veces, lo reinterpreta… lo que lleva a sospechar que 1 Jn tampoco posee una unidad literaria” (p. 461).

El primero en expresar esta sospecha en lo concerniente a un fragmento fue E. von Dobschütz y R. Bultmann lo hizo extensivo a todo el documento (p. 461).

-       El estilo del autor de 1 Jn se caracteriza por:

o   Frases homilético-parenéticas enlazadas con escaso rigor

o   Por interpolaciones a los lectores

o   Por giros explicativos de diverso tipo

o   Por la reiteración de lo dicho

o   Y por las referencias retrospectivas.

-       No siempre se puede establecer con claridad la distinción entre el supuesto modelo y la elaboración posterior (p. 461-462).

-       Bultmann clasifica desde la perspectiva de la historia de las formas entre los discursos revelatorios, análogos a los que empleó el autor del evangelio de Jn, y considera que es, al igual que éste, de origen gnóstico (p. 462)

-       Haenchen, mencionado por Vielahuer, indica que la variación estilística indica diversidad de autores “y se puede atribuir al propósito literario de un único y mismo autor” (p. 463).

Brown (2002) indica con respecto a la unidad de esta carta: “La gran mayoría de los investigadores creen que se trata de una obra unificada, la tesis de Bultmann de una combinación de fuentes tiene pocos seguidores”. (p. 504).

Brown (2002) acota sobre la integridad de esta carta: “El comma johanneum, o material trinitario adicional de 5,6-8, es una glosa teológica latina de los siglos III o IV, no hay otras adiciones”. (p. 504).

2 y 3 de Juan

Autor (es)

Según Vielahuer, la 2 y 3 carta de Jn son verdaderas cartas, a diferencia de 1 Jn. Acota que son tan parecidas que vale la pena estudiarlas juntas. El remitente se designa en el prólogo como el presbítero ( πρεσβύτερος), sin nombre ni especificación precisa, por lo que no está claro si habla de un cargo concreto, referencia a la edad. (p. 473).

Escribe Vielahuer “Ninguna de las dos cartas contiene el nombre de su autor. La hipótesis de la supresión del nombre es indemostrable y poco probable. La autodesignación como ( πρεσβύτερος) era suficiente para los destinatarios, pues conocían bien al remitente. No es posible averiguar quién fue este autor anónimo” (p. 477).

Brown (2002) acota que 2 y 3 Jn “son semejantes en su formato de carta, especialmente en su inicio y conclusión. Ambas presentan al autor como <el presbítero>” (p. 517).

Brown (2002) indica sobre la autenticidad de la 2 Jn: “Compuesta por un autor de la comunidad juánica que escribió también 3 Jn y probablemente 1Jn” (p. 518).

Brown (2002) indica sobre la autenticidad de la 3Jn: “Compuesta por un autor de la tradición juánica que escribió también 2 Jn y probablemente 1Jn” (p. 526).

 

Fecha de composición

Brown (2002) sobre la fecha de composición de la 2 Jn indica: “Aproximadamente la misma que para 1 Jn, hacia el 100” (p. 518).

Brown (2002) sobre la fecha de composición de la 3 Jn indica: “Quizá posterior a 1 2 Jn, reflejo de un intento de arreglar la situación descrita en esas obras; 3Jn puede estar relacionada con el desarrollo pastoral representado por Jn 21; compuesta, por tanto, poco tiempo después del 100” (p. 526).

 

Destinatarios: (evidencia a quien se le envía la carta, características de la comunidad o de los destinatarios)

Según Vielahuer (1991) la 2 Jn va dirigida a (κλεκτ κυρί κα τος τέκνοις ατς)=a la señora elegida y a los párvulos de ella. Es decir a una comunidad. “κυρίno es nombre de mujer, sino designación de una ciudad… comunidad concreta… destinatarios como el remitente quedan en la penumbra” (p. 473).

Según Vielahuer la 3 Jn va dirigida a un tal Gayo, amigo íntimo del presbítero. (p. 474).

Brown (2002) sobre los destinatarios de la 2 Jn indica: “Cristianos de una comunidad juánica amenazados por la llegada de misioneros cismáticos” (p. 518).

Brown (2002) sobre los destinatarios de la 3Jn indica: “Gayo, un cristiano juánico amigo del presbítero; el motivo es Diótrefes, quien se ha alzado con la dirección (de una comunidad vecina) y es hostil al presbítero” (p. 526).

 

Esquema literario de la carta (cómo está compuesta la carta)

Brown (2002) propone el siguiente esquema para la 2Jn (p. 518).

A. Fórmula introductoria (1-3)

B. Cuerpo de la carta (4-12)

            4. Expresión de alegría utilizada como transición

            5-12. Mensaje

C. Fórmula conclusiva (13)

 

Brown (2002) propone el siguiente esquema para la 3Jn (p. 518).

A.        Fórmula introductoria (1-2)

B.        Cuerpo de la carta (3-14)

            3-4       Expresión de gozo utilizada como transición

            5-14     Mensaje

C.         Fórmula conclusiva (15)

 

Temas centrales:

Según Vielahuer (1991) la 2 Jn “toca dos temas: el mandamiento del amor (4-6) sirve de introducción y de captatio benevolentiae para el verdadero tema: la lucha contra los herejes” (p. 474).

Vielahuer describe así a los posibles herejes:

-       Prohíbe a los destinatarios acoger a los falsos maestros en sus casas, incluso saludarlos.

La 3 Jn, según Vielahuer es muy personal “ofrece una interesante visión de las tensiones existentes entre grupos cristianos rivales” y acota “es una carta de recomendación”, y habla de un tal Diótrefes “obispo de la comunidad destinataria.. que trata de entorpecer la influencia” del presbítero. (p. 475).

Según Vielahuer en 2 Jn, el presbítero, da “órdenes concretas para la lucha contra los docetas gnósticos y puede estar seguro de la obediencia de la comunidad” (p. 476).

Según Vielahuer en 3 Jn el presbítero no aparece como “impugnador de herejes, sino como responsable de una organización misionera” (p. 476).

Brown (2002) sobre la unidad e integridad de la 2 Jn indica: “No se disputa sobre ello seriamente” (p. 518).

Brown (2002) acota lo siguiente: “La tercera carta juánica… es muy semejante a 2Jn en formato, estilo y autoría. Sin embargo, es muy distinta a 1 y 2 Jn en el tema” (p. 524).

Brown (2002) indica sobre la unidad e integridad de  3Jn: “No se disputa seriamente sobre estas cuestiones” (p. 526).

 

Posibles problemáticas:

Se desconoce por qué el obispo Diótrefes excomulgó a los simpatizantes del presbítero. Kaseman, citado por Vielahuer, “supone que el presbítero es un gnóstico cristiano” donde Diótrefes lo consideró como tal. “Esta tesis… de que el impugnador de herejías de 2 Jn 8s fuera tachado.. de hereje puede ser correcta en lo sustancial” (p. 476).

En la nota de pie de página, Brown (2002) afirma:

Los intentos de presentar al presbítero-autor como una representante herético de la teología joánica, demasiado aventurada para la iglesia en su conjunto (la gran Iglesia representada por Diotrefes), quedan refutados por el hecho de que las ideas expresadas en 1 y 2Jn serían más tradicionales, según las normas de medida del resto del NT, que las que se hallan en el evangelio de Jn, tal como señala el autor de las epístolas al apelar a lo que era desde el principio (p. 528)


Referencias bibliográficas

Brown, R.E. (2010). El evangelio y las cartas de Juan. Editorial DESCLÉE DE BROUWER. Bilbao.

Brown, R. E. (2002). Introducción al Nuevo Testamento. Editorial Trotta. Madrid.

Carrillo Alday S. (2010). El evangelio según san Juan. Editorial Verbo Divino. Pamplona, España.

Castro Sánchez S. (2001). Evangelio de Juan. Comprensión exegético-existencial. Editorial DESCLÉE DE BROUWER. Sevilla, España.

Chapa J. (2011). Introducción a los escritos de San Juan: Evangelio, cartas y Apocalipsis. EUNSA. Navarra. España.

Robert A. y Feuillet A. (1961). Introducción a la Biblia. Tomo II Nuevo Testamento. Editorial Herder. Barcelona.

Vielhauer P. (1991). Introducción al nuevo testamento, los apócrifos y los padres apostólicos. Ediciones SIGUEME. Salamanca.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis