Ireneo de Lyon
AÑO: 180 d.C.
"Introducen además subrepticiamente una multitud infinita de escrituras apócrifas y bastardas, confeccionadas por ellos, para impresionar a los necios y a los que ignoran los escritos auténticos" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 118).
"Un tal Cerinto enseñó en Asia la siguiente doctrina: El mundo no ha sido creado por el primer Dios, sino por un poder separado... Jesús no ha nacido de una virgen... ha sido hijo de José y de María, nacido de la misma manera que los demás hombres..." (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 136).
"Los que se llaman Ebionitas admiten que el mundo ha sido hecho por el verdadero Dios; pero, por lo que respecta al Señor, profesan las mismas opiniones que Cerinto y Carpócrates. Utilizan solamente el evangelio según Mateo, rechazando al apóstol Pablo, a quien le acusan de apostasía con respecto a la Ley... practican la circunsición" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 136).
"En cambio los Nicolaítas tienen por maestro a Nicolás, uno de los primeros siete diáconos ordenados por los apóstoles (Hch 6,5-6). Viven sin moderación. El Apocalipsis de Juan manifiesta plenamente quiénes son (Ap 2,6.14-15) (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS pp. 136-137).
"1. Cierto Cerdón... habiendo llegado a Roma en la época de Higinio, que ocupó por sucesión el noveno lugar del episcopado a partir de los apóstoles... 2. Le sucedió Marción, originario del Ponto... Marción mutila el evangelio según Lucas, eliminando de él todo lo relativo al nacimiento del Señor, suprimiendo también muchos pasajes de las enseñanzas del Señor, precisamente aquellos en que confiesa él del modo más claro que el Creador de este mundo es su Padre" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 138).
"Por eso, Marción... Mutila de igual forma las epístolas del apóstol Pablo, suprimiendo todos los textos donde el apóstol afirma manifiestamente que el Dios que ha hecho el mundo es el Padre de nuestro Señor Jesucristo, así como todos los pasajes donde el apóstol hace mención de profecías que anuncian de antemano la venida del Señor" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS pp. 138-139).
"Y así, Mateo, estando entre los hebreos, dio a luz en su lengua, un escrito del Evangelio, mientras Pedro y Pablo evangelizaban en Roma y fundaban allí la iglesia. Y después de la muerte de éstos, Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, nos dejó también por escrito lo que Pedro había predicado. Asimismo Lucas, compañero de Pablo, consignó en un escrito lo que aquel había predicado; y luego, Juan, discípulo del Señor, el que había descansado sobre su pecho, publicó también su Evangelio, durante su estancia en Éfeso de Asia" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 292).
"Cuando los herejes se ven convencidos por las Escrituras, se ponen a atacar las mismas Escrituras, afirmando que están corrompidas, o que no son auténticas, o que no concuerdan..." (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 293).
"1....Podemos enumerar los obispos que fueron establecidos por los apóstoles en las Iglesias y sus sucesores hasta nuestros días, los cuales no han enseñado nada ni conocido nada que se parezca a las imaginaciones delirantes de estos hombres. Porque si los apóstoles hubieran sabido "misterios ocultos" para ser enseñados exclusivamente a los "perfectos" a escondidas de los demás, los hubiesen comunicado antes que a nadie a aquellos a quienes confiaban las mismas iglesias, pues quería que estos fuesen muy perfectos e irrepresibles (cf. 1 Tim 3,2) en todos los aspectos, ya que los dejaban como sucesores suyos para ocupar su propia función de maestros" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 295).
"2. Como sería demasiado largo en un escrito como el presente enumerar la lista sucesoria de todas las iglesias, nos limitaremos a la mayor de ellas, la más antigua y la más conocida de todas, la Iglesia que en Roma fundaron y establecieron los dos gloriosos apóstoles Pedro y Pablo, demostrando que tienen una tradición que arranca de los apóstoles..." (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 295).
"3. En efecto, los apóstoles, habiendo fundado y edificado esta Iglesia, entregaron a Lino el cargo episcopal de su administración; y de este Lino hace mención Pablo en la carta a Timoteo (2 Tm 4,21). A él le sucedió Anacleto, y después de éste, en el tercer lugar a partir de los apóstoles, cayó en suerte el episcopado a Clemente, el cual había visto a los mismos apóstoles, y había conversado con ellos; y no era el único en esta situación, sino que todavía resonaba la predicación de los apóstoles, y tenía la tradición ante los ojos, ya que sobrevivían todavía muchos que habían sido enseñados por los apóstoles. En tiempos de este Clemente, surgió una no pequeña disensión entre los hermanos de Corinto, y la Iglesia de Roma envió a los de Corinto un escrito (Primera Carta de Clemente a los Corintios) muy adecuado para reducirlos a la paz y para restaurar su fe y dar a conocer la tradición que hacía poco habían recibido de los apóstoles... ésta carta es más antigua es más antigua que los que ahora enseñan falsamente e inventan un segundo Dios por encima del Creador y hacedor (Demiurgo) de nuestro universo" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 295-296).
" A Clemente sucedió Evaristo, y a éste Alejandro. Luego, en el sexto lugar a partir de los apóstoles, fue nombrado Xisto, y después de éste Telesforo, que tuvo un martirio glorioso. Luego, Higinio; luego, Pío, y después Aniceto; y habiendo Sotero sucedido a Aniceto, ahora, en el duodécimo lugar después de los apóstoles, ocupa el cargo episcopal Eleuterio... Esta es una prueba palpable de que una fe idéntica y vivificadora se ha conservado y se ha transmitido dentro de la verdad en la Iglesia desde los apóstoles hasta nosotros" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 296).
"4. Policarpo (Carta y Martirio de Policarpo) no solo recibió la enseñanza de los apóstoles y vivió en compañía de muchos que habían visto a nuestro Señor, sino que fue establecido por los apóstoles como obispo de la Iglesia de Esmirna en Asia. Yo le conocí en mi infancia, ya que vivió muchos años, y en una edad avanzada, después de haber dado un glorioso y brillante testimonio, partió de esta vida. ... fue de mucha mayor autoridad y testigo de la verdad más fiel que Valentín y Marción y todos los demás que tienen falsas opiniones. Venido a Roma bajo el gobierno de Aniceto, convirtió a la Iglesia de Dios a muchos herejes... Hay quienes le oyeron decir que Juan, discípulo del Señor, una vez fue al baño en Éfeso, cuando vio dentro a Cerinto, enseguida salió del lugar sin bañarse, diciendo que temía que se desplomaran las termas porque se hallaba dentro Cerinto, enemigo de la veradad" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 297).
"Policarpo mismo respondió así a Marción, en cierta ocasión que le salió al encuentro y le dijo: "¿No me conoces?" "Te conozco como a primogénito de Satanás". Era tal el cuidado que tenían los apóstoles y sus discípulos, que ni siquiera querían tener comunicación verbal con algunos... tal como dice el apóstol: "Después de una primera y una segunda admonición, evita al hereje, pues has de saber que tal hombre es un pervertido, que está en pecado y es autor de su propia condenación" (Tito 3,10). (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 297).
"Existe también una carta muy bien escrita de Policarpo a los Filipenses... Así mismo, la Iglesia de Éfeso, fundada por Pablo y en la que vivió Juan hasta los tiempos de Trajano, es un testigo verdadero de la tradición de los apóstoles" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 297).
"No hay entre ellos ni una comunidad, ni una enseñanza debidamente establecida. Porque antes de Valentín no hubo discípulos de Valentín, ni antes de Marción discípulos de Marción... En efecto, Valentín llegó a Roma bajo Higinio, se desarrolló bajo Pío y se mantuvo hasta Aniceto" (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 299).
"Cerdón, el predecesor de Marción, bajo el gobierno de Higinio, que fue octavo obispo, había llegado también y acercándose muchas veces a la Iglesia... Marción, en cambio, su sucesor, se hizo fuerte en tiempo de Aniceto, que detentaba el décimo lugar del episcopado. Más todos los demás, que se dicen gnósticos, tuvieron sus comienzos en Menandro, discípulo de Simón, tal como lo manifestamos." (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 299).
"... Marción rechaza todo el Evangelio o, por mejor decir, se aparta a sí mismo del Evangelio, y se enorgullece de poseer una parte de ese Evangelio. Otros... no admiten la figura del Evangelio según Juan, en el que el Señor ha prometido enviar al Paráclito" (Jn 15,26). (Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 326).
"En cuanto a los discípulos de Valentín... publican escritos de su propia invención. Se enorgullecen de poseer más evangelios de los que son en sí, y han llegado a tal grado de osadía que se han atrevido a poner el título de Evangelio de la Verdad (Descubierto en Nag Hammandi en 1945)... a una obra compuesta no hace mucho por ellos y que no coincide en nada con los evangelios..."
(Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 327).
"Pero hemos mostrado sobradamente que solamente los Evangelios de los apóstoles son los únicos verdaderos y seguros y no cabe ni un número mayor ni menor que el indicado..."
(Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 327).
"En efecto, antes de que los romanos hubiesen establecido su dominio, cuando los macedonios tenían todavía al Asia bajo su poder, Ptolomeo, hijo de Lagos, deseando adornar la biblioteca que había fundado en Alejandría con millares de escritos de todos los hombres, pidió de los judíos de Jerusalén una traducción griega de sus Escrituras. (Ireneo recoge aquí una leyenda procedente de la Carta de Aristea: siglo II a.C., que fue aceptada por los cristianos como verdadera). Ellos que en esa época dependían todavía de los macedonios, enviaron a Ptolomeo aquellos hombres de entre ellos más versados en las Escrituras y en el conocimiento de las dos lenguas, es decir, los setenta ancianos, para realizar el trabajo que el quiciese..."
(Lo Mejor de Ireneo de Lyon, Alfonso Ropero, serie Grandes Autores de la Fe, CONTRA LAS HEREJÍAS p. 379-380).
